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El absentismo viene dado en la mayoría de ocasiones por necesidades de cambio cultural. No se genera de forma espontánea.

Esta afirmación es el resultado de la experiencia de muchos años en el mundo de organizaciones a las que hemos ayudado a mejorar las cifras de productividad. Es inevitable que cuando hablemos de absentismo veamos la importancia del control y la medición de datos, de cómo se comunican éstos y de cómo llega esta comunicación a la base y de ésta a la máxima jerarquía. ¿Se queda por el camino? ¿Dónde se corta? ¿Es transparente? Nos habremos de preguntar: ¿Nuestra comunicación es del estilo “radio macuto” o por el contrario es estructurada, transversal, con eficacia medida?. Habremos de ver si es el departamento de recursos humanos quien asume toda la responsabilidad, en muchas ocasiones por voluntad propia, por qué no sabe hacerlo de otra forma, o por el contrario, ¿Se da protagonismo a los mandos intermedios? ¿Se les forma? ¿Se les acompaña para ello?.

En nuestro termómetro, que en definitiva son nuestros clientes, tenemos signos evidentes de reactivación económica y con ella, más relajación en las personas trabajadoras. De nuevo las cifras del absentismo vuelven a incrementarse en muchas de las organizaciones, en el país en general las cifras son alarmantes.

Los resultados del 2015 van en aumento. Por sectores, la tasa de absentismo en 2015 es del 4,9% en Servicios, el 4,6% en Industria y el 3,2% en Construcción.

Es en estos momentos cuando se ve el retorno que tienen las empresas que han invertido en sus personas o por el contrario observamos las cifras pavorosas en organizaciones en las que ha primado el negocio, la productividad, antes que la motivación. Podemos ver ahora las empresas que priman su calidad laboral, que velan por la conciliación y la flexibilidad con responsabilidad que involucran, de alguna forma en el negocio a las personas que trabajan en ellas.

Cuando hace 10 años empezamos a ayudar a las empresas a reducir sus índices comenzamos con mero control, seguimos estableciendo un dialogo con los stakholders implicados que nos fueron dando las pistas por donde debíamos atacar el problema.

Poco a poco hemos ido desarrollando un know how muy potente, a medida que hemos aprendido que no solo de control de trataba. Es sorprendente ver que en pocos meses de implantar acciones distintas el absentismo se reduce en cifras sorprendentes al tiempo que mejoran los índices de satisfacción.

Nos encontramos en la mayoría de clientes un diagnóstico poco claro y es obvio que si éste no está claro, ni siquiera para el comunicador, difícilmente, la empresa, podrá informar de forma descendente y clarificadora. Difícilmente podrá establecer un plan de acción sino sabe los motivos ni los focos donde se genera y complica ese absentismo.

Autora: Mercè Espinosa, Directora General de MERS