La definición de la consultoría de gestión, según la MCA (The Management Consultancies Association) en el Reino Unido es la siguiente: “… la creación de valor para las organizaciones a través de la aplicación del conocimiento, técnicas y recursos para mejorar el rendimiento del negocio. Esto se logra a través de la prestación de asesoramiento objetivo y la implementación de soluciones de negocio”.
Pero, ¿para qué se le paga a los consultores?
A los consultores se les paga por compartir su conocimiento y experiencia con el fin de ayudar a las empresas a conseguir sus objetivos y solucionar problemas en su compañía.
Las empresas, a menudo contratan consultores externos para complementar a su plantilla y ahorrar costes de contratación, seguridad social, etc… Su misión es cumplir los objetivos que han sido fijados con el cliente. Además, los consultores, como personas que ven por primera vez la empresa, tienen una visión completamente fresca, lo cual les permite examinar la situación sin ningún tipo de filtro previo, pudiendo “conocer el territorio” de primera mano antes que ver el “mapa”.
El consultor, por tanto, puede actuar como un auténtico catalizador del cambio organizacional, al no estar sujeto a ningún tipo de cultura corporativa ni a escrutinios morales de otros integrantes de la plantilla.
Si bien no es posible obtener un título universitario de consultoría, lo que sí es imprescindible es que el consultor disponga una vasta experiencia en un campo determinado. Además de la experiencia, es imprescindible que disponga de un amplio registro de casos de éxito, formación empresarial, de Recursos Humanos, de fiscalidad o de aquello que sea necesario para que su labor se lleve a cabo con éxito y se cumplan los objetivos por los cuales ha sido contratado.
La consultoría es una amplia área de conocimiento e intereses y abarca desde las grandes compañías hasta la consultoría personal, desde los Recursos Humanos hasta las finanzas, pasando por todos los departamentos de una organización.
¿Para qué quiero un consultor?
- Si necesita resolver problemas o poner orden en la gestión de los departamentos de su compañía, o tal vez esté abierto a recibir recomendaciones expertas en un área.
- Si requiere incorporar, retener el talento o desvincular integrantes de su plantilla.
- Si su organización está en un momento de crisis por crecimiento o lo contrario.
- Si quiere potenciar a las personas de sus equipos o tiene problemas en sus equipos
- Si va a lanzar un nuevo proyecto, si un área de su negoció está en un momento de rápida expansión y se le hace difícil controlarla.
- Si requiere incorporar nuevos productos a su portfolio y capacitar a su plantilla, si va a introducirse en un nuevo mercado…
- Si no puede controlar su absentismo
- Si su nivel de accidentabilidad laboral es alto
- Si quiere mejorar la salud de sus trabajadores
Estamos para ayudarte.
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