Debería empezar éste, mi primer blog, dentro de un año, cuando se cumple el décimo aniversario de la creación de mi proyecto empresarial, al que puse el nombre de MERS. En aquel momento tenía 50 años. Lo hago ahora para que coincida con el estreno de la nueva web y con ello la CELEBRACIÓN de mi/nuestra aventura empresarial.

Cada vez son más las personas que comienzan a emprender a una edad que ronda los 50. No me gusta olvidar que hace algunos años las personas con esa edad no eran aceptadas por el mundo profesional.  Hoy puedo afirmar que es una edad magnífica para el cambio. Me gusta hacer una metáfora, comparar la empresa a una flor, un capullo que nace y que se va abriendo. Ahora somos una planta con hermosas flores y raíces profundas.  MERS empezó como eso, un concepto personal y casi filosófico y se ha ido forjando sin perder identidad hasta llegar a un proyecto de muchas personas en el que nos damos la mano para continuar co-creando y superando retos. Desde un principio apostamos por un estilo colaborativo. Los “co” nos han acompañado y nos acompañan cada día en esta aventura

Algunas de estas personas  subieron al barco y luego, por diferentes motivos se han ido bajando. Cada una de ellas ha dejado una huella importante en este proyecto. Sin todas ellas no seriamos lo mismo. Sólo podemos darles las gracias  La experiencia acumulada ha sido definitiva para poder acompañar a empresas y personas emprendedoras.  Ha sido sorprendente la necesidad continua de formarme en estos 9 años y ahora, sólo puedo decir, como decía mi gran maestro Sócrates: “Sólo sé que no se nada”.

Salir de la zona de confort ha de ser una de las premisas que acompañen a alguien que emprende.

No ha sido fácil pero el trazo ha sido apasionante y ha coincidido con unos años de gran aprendizaje, pues hemos convivido con una gran crisis a nivel nacional y mundial. En algunos momentos el miedo te paraliza pero siempre surge algo desde la confianza que te hace seguir adelante. La resiliencia y la constancia han de ser tus aliadas   La vida del emprendedor está llena de retos, de creatividad. No hace falta estar metido en artes plásticas para ser llamado artista. De pronto te das cuenta de que cada día aparece un nuevo desafío. Hace unos 7 años descubrí, por casualidad, como se descubre la vida, sin planificar, curioseando, el mundo del coaching. Una gran herramienta que hemos incluido como gran protagonista pues ayuda al autoconocimiento para la mejora continua y el cambio. Hemos aprendido palabras como asertividad, empatía, reconocimiento, conciencia, positividad, demanda, ofrecimiento, acuerdo. Hemos aprendido a desaprender, a rectificar, a saber el significado de  objetivo. Nos hemos atrevido a utilizar la palabra AMOR en el mundo empresarial: AMOR como sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia personas o cosas a las que se desea todo lo buenoEn este aprendizaje continuo hemos visto la importancia de la práctica de  la generosidad, la transparencia, la humildad, poner límites, escoger y no juzgar.

En definitiva cada día aprendemos a hacer cosas diferentes para que nos pasen cosas distintas.