Es evidente que nos estamos enfrentando a una nueva etapa en nuestra vida que no estaba planificada ni tampoco tiene precedentes.

Todo lo que estamos viviendo nos obliga a cambiar nuestros hábitos, además nos sentimos limitados en todos los niveles, pero cuidado, no podemos parar y tenemos que adaptarnos a cada segundo.

Vamos a pasar por diferentes situaciones y estados emocionales que nos afectarán: enfado, indignación, estrés, ansiedad, miedo, soledad, etc… por eso es muy importante cuidar nuestros pensamientos para que podamos manejar nuestras emociones.

Ahora más que nuca es importante el autoconocimiento:

¿Qué me pasa? ¿Qué hago? ¿Qué y cómo lo siento?

Quiero compartiros algunos consejos que me han llegado a través de la Fundación Amigó y que me han parecido muy útiles y sencillos para manejar la ansiedad:

  • Detente, bloquea los pensamientos que generan ansiedad. Realiza una actividad que te distraiga (escuchar música, hacer alguna actividad manual, leer un libro ….) Debemos crear instrucciones que paralicen estos pensamientos.
  • Toma consciencia de tu cuerpo ejercitando los músculos (estiramientos, flexiones, sentadillas, rotaciones de articulaciones, abdominales, etc.).
  • Relajación y respiración. Busca un lugar tranquilo y toma una postura cómoda. Elige el momento en el que puedes dedicarte un tiempo y libre de interrupciones.

Adopta una postura cómoda para ti y relájate.

Respira:

Se consciente de tu respiración tomando aire por la nariz y expulsándolo por la boca. Piensa que tienes el control de la respiración, inhala profundamente, mantén el aire 1-3 segundos y exhala por la boca.

Otra técnica de respiración que se utiliza en yoga es respirar alternativamente por las dos fosas nasales se denomina Nadi Sodhana, que en sánscrito significa canal que purifica.

En cada inhalación tapa una de tus fosas nasales y exhala por la contraria, coge aire de nuevo por esa misma fosa y exhala por la contraria.

Relájate:

Aunque no se tenga ansiedad practicarla al menos una vez al día, ayudará a aprender a manejar más fácilmente las emociones. La relajación debe ir acompañada de la respiración profunda o abdominal.

Relajación de Jacobson: Consiste en la contracción y relajación de diferentes grupos de músculos. El tiempo de relajación debe ser el doble que el de tensión.

Tensamos y relajamos los músculos en el siguiente orden:

  1. Pies: apretar los dedos de los pies hacia abajo y relajarlos.
  2. Piernas: estirar las piernas hacia arriba, apretando los muslos y relajarlos.
  3. Estómago: Meter la barriga hacia dentro, relajarla dejando de hacer presión
  4. Manos: apretar los puños y relajar.
  5. Brazos: doblando el codo y llevando las manos a los hombros, prestando atención a que las manos sigan relajadas, tras sentir la tensión en los brazos relajarlos volviendo a la posición anterior.
  6. Hombros: acercarlos a las orejas y relajarlos.
  7. Cuello: Doblar el cuello hacia adelante, acercando la barbilla al pecho.
  8. Mandíbula, apretando los dientes y relajando prestando atención en que la lengua no esté contra el paladar
  9. Frente: frunciendo el ceño y relajar.
  10. Ojos, cerrándolos fuertemente y relajar.
  11. Realiza un recorrido por todos los músculos que se han tensado y relajado y eliminar todo resto de tensión.

 

Meditación:

Tomamos conciencia de la respiración, inhalando por la nariz y expirando por la boca. Sentimos como el aire se mueve por nuestro cuerpo, entrando y saliendo de las vías respiratorias.

Tomamos conciencia de nuestro cuerpo, sintiendo el peso de las manos, el contacto de la espalda con la silla, los pies con el suelo etc…

Continuamos respirando, focalizando toda nuestra atención en las sensaciones corporales.

Si aparecen pensamientos, volveremos a centrarnos en la respiración y en las sensaciones que sentimos al inhalar y exhalar.

Espero que estos consejos os ayuden en estos días tan complicados, estoy segura de que las crisis nos hacen crecer y podemos aportar lo mejor de nosotros.

Rosario Jiménez Parras
Experta en gestión y desarrollo de personas